Hoy en día, cuidar la imagen corporativa de nuestra empresa o negocio es muy importante a la hora de captar nuevos clientes, sobre todo porque aporta, en la mayoría de los casos, sensación de confianza y de seriedad.
Las tarjetas de visita son una excelente herramienta de marketing que no debemos desaprovechar.
Cuando nos presentamos queremos que nuestro interlocutor se lleve la mejor impresión posible de nosotros, ya que esa será la primera imagen que se haga de nuestra empresa. A menudo pasamos por alto que nuestra tarjeta de visita es también un medio eficaz de presentación ante nuestros potenciales clientes.
En el momento que entregas tu tarjeta de visita, estás diciéndole al cliente: “Éste soy yo, es mi negocio y sus valores”. Y ¿qué impresión crees que se llevará si le entregas un trozo de cartulina no muy bien recortado e impreso con tu impresora de casa? Posiblemente supondrá que eres alguien que no cuida los detalles y puede que le surjan dudas sobre si desea invertir en los servicios o productos de alguien que no pone especial cuidado en la imagen que está dando su propia empresa.
El diseño va a ser el mejor aliado a la hora de conseguir que nuestra tarjeta de visita deje una impresión buena y duradera.
El motivo por el que alguien suele conservar una tarjeta de visita es porque le ha impactado su apariencia, su diseño. Y una tarjeta que no es desechada representa oportunidades de negocio, ya que si la persona que la recibió no precisa de nuestros servicios, quizá si los necesite un amigo o familiar de ésta. Entonces cuando le pregunten, esta persona nos recordará y recordará la buena impresión que le causó nuestra tarjeta, con lo que acabará recomendándonos y/o pasándoles la tarjeta a potenciales clientes.
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